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jueves, 12 de junio de 2008

"Las puertas están abiertas para todos"

El Otro Yo regresa a Obras este sábado, con la presentación de su nuevo disco "Fuera Del Tiempo", y el festejo de los 20 años de carrera. Enterate por qué Cristián Aldana dice que éste podría ser el "último" Obras del grupo.

El Otro Yo es un grupo en permanente movimiento, de permanente trabajo. Por estos días vienen de hacer una gira por el sur del país, tocar en el Vive Latino de México (país reiteradamente visitado por la banda, dónde ya editaron varios discos), presentar "Fuera del Tiempo" en Uruguay, lanzar un nuevo video en la tele (del tema "Crazy"), presentar su propia línea de zapatillas rockeras y anunciar con bombos y platillos la incorporación oficial de Diego Vainer al grupo. Y claro, ya está todo listo para el nuevo arribo al templo del rock (el quinto), oportunidad que aprovecharán no sólo para presentar oficialmente el disco de 2007, sino además, para soplar las primeras 20 velitas.

El Otro Yo son Cristián Aldana en guitarra y voz, María Fernanda Aldana en bajo y voz, Raymundo Fajardo en Batería, Gabriel Guerrisi en segunda guitarra y Diego Vainer en sinte y guitarra. La banda de Temperley es una de las abanderadas del rock independiente y han dejado un tendal de discos en su camino desde "Traka Traka" de 1994. Con sus 20 años de historia ya son una leyenda, sobrevivientes de una época y digitadores de un estilo único en la música local, como así también la influencia de varias generaciones de nuevas agrupaciones. Charlamos con Cristián Aldana.

—¿Para este Obras están armando algo especial?
Estamos preparando un show donde realmente la diferencia sea el sonido. En vivo el disco está sonando muy bien. Estamos sonando mejor que nunca. Me sorprendo hasta de mí mismo de cómo está sonando la banda, está muy bueno lo que está pasando. Estamos con Diego Vainer que también está tocando con nosotros, y él nos lleva a un lugar que está bueno. Una de las cosas que se va poder disfrutar en un show en Obras es que tiene un sonido Hi-Fi para poder sonar bien. Y se va a notar que arriba del escenario hay un grupo que está tocando hace 20 años. Para nosotros es muy importante, porque sino pudiéramos sonar bien de verdad tendríamos que dedicarnos a otra cosa (risas) Y después con respecto al show, vamos a tratar de aprovechar todo lo relacionado con la alta estructura que te da un lugar así; Las luces, el sonido, la escenografía. Posiblemente en el show también haya alguna versión especial de algún tema que no tocamos habitualmente. Son tantos discos que cuando armamos la lista no podemos tocar 150 temas, hay que tocar 30, 40 como máximo. Pero en esos 40 temas se va poder escuchar toda la historia de El Otro Yo. Y claro, nos vamos a concentrar en el nuevo disco.

Con Fuera de Tiempo se abre una nueva etapa del grupo, además es un material que contó con un productor extranjero, ¿Cómo vivieron ese proceso de gestación del material?
La disfrutamos, yo aprendí mucho. Billy -Anderson, el productor- tiene un concepto mucho más punk para grabar, no le gusta usar el Pro Tools mucho para editar, ni afinar voces. Todo eso hizo que el tipo te pusiera como frente del espejo, esto es El Otro Yo. Sin nada, sin maquillaje. Y escucho y estoy contento, me gusta aceptar lo que es. Estoy contento con las canciones, me gusta lo que es el grupo, y creo que fue una muy buena experiencia, al grupo le dio frescura nuevamente.

—¿Cuándo comenzaron con la banda suponían que iban a permanecer durante tanto tiempo?
Cuando empezamos lo primero que nos planteamos era no perder plata en los shows, sino era muy difícil poder avanzar y poder hacer discos. Nunca pensamos en gran escala. Sobre todo tal vez por el lugar de donde venimos, un barrio de gente humilde, y las expectativas del micro mundo que se te genera en tu propio barrio son chicas, ya ir a capital a tocar era una locura. O pagar un flete, esas cosas las vivíamos como difíciles. Nunca pensamos en hacer un Obras o editar un disco en Estados Unidos o girar con Café Tacuba por México, todo eso ni siquiera pasaba por nuestra mente. Pero en la medida que fuimos avanzando en la carrera del grupo, las cosas se fueron dando, desde el primer Obras al disco triple o grabar el disco en un auto, todas son cosas que se fueron dando y que fuimos alimentando desde nuestra propia energía. Después es como que a largo plazo nunca veíamos nada, siempre a corto plazo. Y por eso también disfrutamos cada paso que fuimos dando.

En la actualidad las bandas nuevas hacen lo contrario, primero planifican el mejor de los futuros y después se ponen a trabajar pensando en esa meta, ¿Qué opinas de esta forma de hacer las cosas?
Me parece que cada uno tiene que decidirlo. Nosotros llegamos básicamente a la música porque era ahí donde descargábamos todas nuestras frustraciones y todas nuestras malas energías. La música fue como la exorcizadora de una adolescencia de mierda. Así que básicamente empezamos por eso, no pensando en querer ser una estrella de rock, era más salvar nuestras vidas con la música. Y no sé cómo piensan las bandas nuevas pero veo bandas que piensan de la misma manera y con esa son con las que me voy a identificar.

—Ustedes junto con Babasonicos son algunos de los sobrevivientes de lo que se denominó el Nuevo Rock Argentino o el Rock Sónico. La mayoría de los demás grupos fueron separándose por crisis internas, ¿Ustedes nunca tuvieron alguna o han podido sobrellevarlas mejor que los otros?
Las relaciones humanas siempre son difíciles, siempre hay crisis internas, crisis de todo. Vivir es una crisis continua. Vivir es estar en crisis. Pero podemos seguir adelante porque el proyecto artístico es más fuerte que la crisis. Y Siempre sabiendo que nunca sabes cuando se van a terminar las cosas. Tal vez este sea el último Obras que hagamos con El Otro Yo. Tal vez este sea nuestro último disco. Son 20 años. La gente tiene la puerta abierta para venir y escuchar una banda que hace 20 años que toca y que empezó a hacer autogestión porque no había nadie interesado en grabarla y hoy en día es una banda importante, por lo menos para nosotros.

—El Otro Yo siempre pareció enviarle un mensaje a las nuevas generaciones y reflejo de eso es el recambio de público que tienen. En la actualidad, ¿Sienten que siguen enviando ese mensaje?
No sé. No hay una línea de pensamiento de a quién va dirigidas las canciones de El Otro Yo. Para mí la música es el idioma universal, y la puerta está abierta para todos, el que quiera entrar que entre. Cualquier condición, religión, cualquier edad. No tenemos conflicto con eso. A veces lo siento como un halago cuando dicen "el grupo que le gusta a los adolescentes". Está bueno. Pero no se si realmente pensamos que cuando hacemos una letra a quien está dirigida. Sale de verdad. Me parece que los jóvenes, los adolescentes, son más receptivos con las cosas nuevas, no están aburguesados.

—¿Qué pensás del rock sponsoreado?
Hay que aprender a convivir con las diferentes etapas de lo que pasa en la música. Hoy en día si sos una banda nueva y salís con el disco a venderlos es difícil poder hacerlo. Es una realidad. Pero también hay otra realidad que está cambiando. Todo está mucho más apoyado en lo cibernético, en lo digital. Hay que estar preparados para toda esta etapa que ya existe de Fotologs, de MySpace, donde podes escuchar la música de las bandas nuevas, y es una nueva forma de relacionarse con la música. De todas maneras nosotros debemos trabajar en una nueva realidad. Con la Unión de Músicos Independientes hay un proyecto de ley, por la Ley de la Música, donde se contempla el Instituto Nacional de la Música que generaría un camino paralelo a todo lo que tiene que ver con lo privado. Hoy en día hay una concentración de rock en el sector privado muy fuerte, y si, por ejemplo, hay un grupo instrumental, por lo que hace ya queda por fuera de ese circuito. Entonces la idea es que el Instituto pueda generar un circuito estable de música en todo el país, y que no sean solo los que están en el medio privado lo que tengan posibilidad de mostrarse a ese nivel. Sino que también el Instituto apoye a proyectos y les de la posibilidad de poder desarrollarse en un nivel mucho más alto que el que se viene manejando hoy en día. Y después bueno, cada grupo decidirá qué camino seguir, capaz que de ese lugar pasa al sector privado porque le ofrecen algo bueno. La idea es que, el que esté al costado del camino tenga esas posibilidades de elección.

—¿Hay bandas nuevas que escuches, que te gusten?
Hay de todo. De hecho en este Obras invitamos a bandas que creemos que son muy importantes en la nueva escena. A Charlie 3, Shaila y El Mató a un Policía Motorizado. Me siento identificado porque yo en un momento estuve en el lugar de ellos. Identifican un momento de nuestro grupo. No dijimos de hacer ese show solos para asegurarnos de sonar bien y esas cosas. El show va a sonar bien, pero no solo nosotros sino también los invitados. Porque me parece que ese espacio que falta lo tenemos que dar nosotros. No se puede mirar a un costado todo el tiempo, eso no está bueno, no es la idea del grupo.

—Como en los recitales en Obras de Soda Stereo cuando presentó Dynamo e invitó a bandas nuevas de ese momento como Babasonicos...
¡Como me hubiera gustado estar tocando en uno de esos recitales! Pero no nos llamaron. Está bien, no había lugar para todos.

Por Diego Fernández y Walter Godoy / Edición: Walter Godoy

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