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jueves, 29 de julio de 2010

El Otro Yo X Hebe

Hebe de Bonafini: ¿Te gusta mucho la música?
Cristian Aldana: Sí. La música de alguna forma me salvó la vida. En la época en que yo decidí ser músico, que fue bastante chico, como a los 15 años, que tuve mi primer grupo, era como "uh! Mi hijo quiere ser músico. Por las dudas estudiá otra cosa". En la música encontré el escape de esos problemas existenciales que tuve en la adolescencia, los pude exorcizar con las canciones, con la creación. Cuando tus viejos están preocupados porque no sabes qué vas a hacer. Lo importante es cuando uno destruye el miedo. Y decís, "bueno, no, yo quiero hacer música". Cuando llegó ese momento ya tenía como 20 años, estudiaba cine, estaba en la mitad de una clase en Avellaneda y dije "qué hago acá si yo lo que quiero es tocar". Entonces me armé un plan, me conseguí un trabajo, mis viejos me podían comprar instrumentos pero no los que realmente necesitaba. Empecé a trabajar de cadete, yo no tomo, no fumo, así que no gastaba en nada, solamente en ir y volver, la comida me la llevaba desde mi casa. Y así compré la guitarra, un equipo de guitarra, un equipo de bajo para mi hermana, que siempre tocó conmigo, y un par de cajas y un cabezal que para eso sí me ayudó mi vieja por atrás.


H: Las madres siempre hacemos esas cosas. ¿Antes te hiciste músico que punk o junto?
C: Siempre primero fue ser artista. Lo que pasa es que el punk es un estilo musical que en la generación que a mí me tocó fue un referente por esto de la descarga.

H: Es ideológico también.
C: Tal cual. Porque también era una cuestión provocativa. Yo, por ejemplo, iba a la escuela secundaria con el pantalón todo roto y las profesoras no entendían cómo no me daba vergüenza. La forma de vestirse y la forma de hacer música que tenía que ver con el punk, con una idea que era totalmente contraria a lo que te ofrecía la música en ese momento a nivel sistema, lo que estaba sonando en las radios. Me identificaba mucho con los reductos, con Cemento. Todos tus muertos me encantaba, me crié escuchándolos. Y todo eso fue un referente de movimiento que fue haciéndose más popular. En un momento yo pensaba que mi grupo nunca tendría que haber existido. Existe por la perseverancia, por las ganas, por la pasión, por el amor a la música. Venimos de la era de Menem, que era todo una mentira. En la secundaria me decían "si estudias computación, si estudias inglés" y no aprendía nada porque la verdad es que nunca tuve buenos docentes que me pudieran enseñar lo que me decían que estaba aprendiendo. En el 94 hicimos un disco que se llama Traka Traka, donde cantábamos "no me importa, no me interesa, no sé por qué". Y tenía que ver con que no me importa la política, no me importa la religión, odio todo, no sé por qué. Tal vez el único lugar donde podía haber una explicación sobre todo lo que sentía mi generación el por qué había tanto inconformismo era la escuela. Pero no nos enseñaban nada de lo que había pasado, no nos contaban nada. Y todo es, a medida que fueron pasando los años, lo fuimos investigando y el no sé por qué pasó a ser el ya sé por qué. Hay un disco que se llama Espejismos que hicimos en el 2005. Quería leerte una letra de un tema. Se llama Licuadora mutiladora. Dice:

Todos esos niños que están perdidos
Y a los que gobiernan
no les importa nada
Cuando decidamos nuestra unión
Ya no estaremos solos

Chicos inundados en la escuela
Correteando sin maestra
La la la la la la
Como se construye una nación
con tantos enemigos!
Los intereses explotadores
provocan hambre y desigualdad

La delincuencia, pala, y violencia
es convivir con la normalidad
La licuadora de nuestra historia
nos horroriza sin identidad
La cacerola, palos de goma

Tragando injusticia
Pensadores , idealistas, honestos, luchadores
Han dejado sus vidas aquí
por un lugar mejor
Cuanto más tienen que morir
Han muerto! han muerto!
Asesinos!

Los excluidos que el poder mata
son los desechos del mundo global
La licuadora mutiladora
destruye todo con impunidad

Es la impotencia esta violencia
el resultado generacional
Tomado vidas, chupando mentes
Estamos en la mira
Beben , beben nuestra sangre
Quieren nuestra sangre

H: Pero esto es un cosa de mucho dolor, esto no lo escribiste así nomás.
C: Claro, pero del no sé por qué a esto pasaron prácticamente 15 años. Es una letra que sale de sacar una conclusión. Creo que en nuestro país pasó mucho eso, hubo una licuadora mutiladora de mentes, de gente.

H: Que se dejó mutilar, pero ustedes no se dejaron mutilar. Resistieron e insistieron.
C: ¿Sabes donde creo que se perdió la cadena de la que hablamos? En la escuela secundaria, los desaparecidos tendrían que haber sido mis profesores. Los que me tendrían que haber dicho tenés que escuchar Vox Dei, a Lito Nebbia. Nosotros somos el eslabón de la cadena que no pudo recibir esa información. O tardamos, pero llegamos. Paralelamente a eso pasaba lo mismo en nuestra realidad con respecto a la música. Y tomamos la decisión de autogestionarnos, de ser un grupo independiente. Todos nuestros amigos decían "mi primer disco lo voy a grabar en el mejor estudio". Nosotros rompimos con esa idea, grabamos nuestro primer disco en mi casa con dos decks. Rompimos el miedo a que las cosas tengan que ser de una forma, a veces es mejor que las cosas no pasen como no realmente quiere porque te lleva a pensar cómo las podes hacer igual. Hicimos Los hijos de Alien y a partir de ahí empezamos una carrera que no solamente tenía que ver con la música sino también con el compromiso de la autogestión, que nos fue llevando a comprender parte de nuestra historia y parte de las cosas que sentíamos en nuestras letras. Empezamos a descubrir que en la música existe lo mismo. Todo eso que yo te leí tiene que ver con la ignorancia del ser músico en la Argentina. Porque los músicos tenemos un montón de derechos: derecho de autor, derecho de intérprete, derecho de productor, y tenemos derecho a poder expresarnos sobre todo. Y tener la posibilidad todos de editar un disco en formato profesional y que no quede nadie afuera. Otros músicos nos preguntaban "¿ustedes cómo hacen? ¿dónde editan los discos?" Nadie sabía de entrada, nosotros tampoco, a dónde quedaba la fábrica de discos, dónde se fabricaban las tapas, costos altísimos pero nos arreglábamos, hacíamos fotocopia color. Aparte de ser autogestivo era artesanal y eso tiene un valor bárbaro. En nuestra propia sala de ensayo grabábamos nuestro disco, de los cassettes que editábamos doblábamos nosotros las tapitas. Era de nosotros directamente al público.


H: Todo lo fueron construyendo ustedes.
C: Sí, y tomamos información. Y toda esa información empezó a tener valor porque después de muchos años nosotros nos hicimos socios de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) por recomendación de músicos que nos tiraron la data. Nos hicimos socios de AADI (Asociación Argentina de Intérpretes) también. Siempre autogestionando, el dinero que entraba en los shows lo invertíamos en el grupo, comprábamos equipos, editábamos un disco. En el 96 editamos un disco triple. Grabamos un disco desde la cabina de un Dodge Polara. Mi viejo tenía un auto, que tenía roto el chasis, al lado de la sala de ensayo nuestra y adentro armamos la cabina de grabación que es como una pecera y grabamos el disco Mundo. Era aprovechar las condiciones, con lo que tenemos hacer algo creativo.

H: ¡Qué bárbaro!
C: Después tuvimos experiencias con sellos independientes que no fueron buenas. En el año 2000 me llamó Diego Boris para que nos juntemos varios músicos que nos autogestionábamos, y planteamos cosas parecidas. "Yo fabrico en la misma fábrica que vos, y a vos cuánto te cobran". Resulta que a mí me cobraban más caro, tenía que pagar todo junto y nos dimos cuenta que no tenían una política, aparte de que atendían mal, te cobraban lo que querían. Ahí surgió la idea de armar una asociación civil, ponerle el nombre de Unión de Músicos Independientes, generar convenios para facilitar los procesos de fabricación, de producción y de difusión de los grupos que deciden autogestionarse porque todos juntos íbamos a poder lograr mejores acuerdos. Democratizamos la información. Así como un día a mí me dijo Héctor Starck "hacete socio de SADAIC", eso mismo estamos promoviendo en la UMI. Es como alfabetizar a músicos, es decirles vos para hacer un disco tenés que registrar el nombre de tu banda porque el día de mañana te das cuenta que lo registró otro y es frustración pura. Lo que hacemos es evitar frustración.

H: También tenían una idea comercial, en el mejor sentido.
C: Comercial es todo, desde que compraste un disco que te motivó a comprarte una guitarra y después tenés que pagar la sala de ensayo. Uno paga y paga y paga, y el comercio pasa para los demás. Hasta que de repente sacas un disco y te va bien y ahí empezas a recuperar. La idea era dar herramientas a los músicos que deciden autogestionarse y hoy en día ya son más de 4.200 bandas las que se asociaron a la UMI, de todos los estilos, no sólo de rock, de folklore, de tango, de jazz. Miguel Cantilo sacó discos por la UMI, Los Gardelitos, Él mató a un policía motorizado. Hay grupos recontra-conocidos, grupos intermedios y otros que recién están empezando.

H: Es que la información es poder.
C: Exactamente. Por eso la UMI naturalmente se generó como un lugar de luz. Hoy en día los músicos de la UMI pueden tener sus discos distribuidos por F Clasic que está en todo el país y en el exterior. Hicimos convenio para fabricar DVD y tarjetas digitales. Y toda la estructura de la UMI está bancada por la autogestión misma a través de la cuota de los socios de $15 por mes.

H: Se organizaron para cambiar las cosas.
C: Cuando uno es joven toma una postura de que es todo una mierda, no crees en nada y crees que la única forma de cambiar algo es a través de la violencia. Y cuando estás disconforme con algo, vas, rompés un vidrio, te meten en cana, al otro día el vidrio lo cambian y no cambia nada. Ahí te empezas a dar cuenta de que las únicas cosas que pueden cambiar algo en esta realidad que nos toca vivir son a través de la política. Por eso, cuando aparecen ideas que son genuinas, que son buenas, que realmente cambian la realidad, hay que dejarse de joder y apoyarlas. Más allá de todo, más allá del punk, más allá del partido que sea. A mí me indigna mucho la oposición al pedo, la gente que cuestiona por cuestionar.

H: ¿De qué tuviste que trabajar hasta poder vivir de la música?
C: Yo dejé de trabajar de otra cosa más o menos en el año 98, 99 por ahí porque ya teníamos cuatro discos que habíamos editado. Yo mismo con una mochilita me iba a recorrer las disquerías, dejaba los discos, y después a la semana pasaba, cobraba y dejaba discos. Autogestión pura. Después pasamos a trabajar con una distribuidora que se llama DBN, el grupo empezó a crecer más, hicimos Obras en el año 2000. Hoy ya tenemos catorce discos.

H: Si vos querés tocar algo que es e otro autor, ¿tenés que pagarle?
C: Hay que pagar en SADAIC. Por eso hay que registrar las canciones, para después pasar la planilla en los shows. Conozco grupos que han hecho recitales gigantes y que no tenían registradas las canciones ni eran socios de SADAIC y nunca cobraron esos derechos, por no tener la información. En la radio se debería pagar SADAIC y ejecución pública. Pero además de eso creemos que hay que conquistar nuevos derechos, después de 10 años con la UMI surgió el trabajo con la Ley Nacional de la Música que propone crear el Instituto Nacional de la Música para desarrollar un circuito de música estable en todo el país. Porque una de las problemáticas de ahora es que muchos músicos tienen que pagar para tocar. A veces la excusa es que hay que pagar el sonido y las luces; el Instituto estaría para financiar sonido y luces, y que los músicos directamente suban a un escenario a tocar, y si quieren cobren una entrada o les pague el lugar. Que toquen más allá de la música que elijan hacer, porque el arte tiene que ser libre, no puede estar condicionado a existir según la línea comercial del momento. Es generar un lugar paralelo para que otras voces se puedan escuchar y para que artistas que seguramente a futuro van a llegar a cambiar el corazón de toda la Argentina se puedan desarrollar sin estar condicionados por los privados. Aparte estamos viviendo un cambio con el formato porque muchas de las cosas que pasan hoy con la música pasan por la computadora. Un adolescente de hoy no agarra un disco para ponerlo en un equipo de música, está con la computadora todo el día. Y ese cambio de formato está haciendo que se abran un montón de puertas pero al mismo tiempo que haya cambios muy fuertes en la industria de la música. Las compañías se unen porque el mercado está cada vez más chico. Entonces esta propuesta de armar una ley va en sentido paralelo para que los que deciden hacer algo diferente tengan la posibilidad de editar un disco profesional, que sea distribuido, que tenga difusión en las radios ahora con la Ley de Medios.


H: ¿Soñaste alguna vez que ibas a ir a México a tocar?
C: Siempre nos pusimos metas cortitas. Como siempre me gustó tanto tocar, pensaba qué bajón si tengo que poner plata, pero la pongo igual. Ahora si no pongo plata para poder hacer lo que me gusta, ya estoy hecho, soy feliz. Esa era la primera meta. La realidad y el camino que fuimos haciendo nos sorprendió porque no nos imaginamos que íbamos a poder girar por México o por Estados Unidos, por Latinoamérica o editar discos afuera. De un grupo que no debería haber existido a tener una carrera internacional, es muy importante.

H: Fueron de a poco, por eso llegaron. Y se fueron asentando.
C: Sí y ahora estamos en la pelea por la Ley. Quiero destacar tu apoyo y el de Teresa Parodi. Porque en el ambiente de la música hay un montón de gente que apoya la Ley, pero de ahí a poner el cuerpo por las ideas, no somos tantos. Hay que destruir ego para ponerse encima ideales, esa cosa de intereses personales por el interés para todos. Hicimos un congreso en el ECuNHi por la Ley de la Música.

H: Se construye haciendo. A partir de hablar con vos me doy cuenta que el ser punk tiene una ideología muy importante, no solo ponerse el pelo con los picos para arriba o vestirse lleno de tachas, que en un primer momento era la única rebeldía que encontrabas, ser diferente, ¿no?
C: Hay una cuestión de no aceptar lo que te impone el sistema. ¿Qué haces? Ir a bailar, para quedar bien con tus amigos fumarte un cigarro, estudiar lo que te dicen.


H: No sos dueño de tu libertad. Y cuando sos joven la libertad es fundamental.
C: Lo estás diciendo vos y me encanta. Nosotros pudimos lograr tener nuestra personalidad dentro de la música y no se si lo llamaría punk, lo llamaría libre. Me parece que esto de poder encontrarse a uno mismo, la música te cambia la vida y hace que encuentres tu lugar en el mundo.

H: Siempre les dicen a los jóvenes que son el futuro y los jóvenes son el presente. La rebeldía en la política es indispensable.
C: Hay muchas jóvenes que están en política y van de un partido a otro. Eso es Menem, la falta de contenido. Ellos no tienen la culpa, pero son eso. Es jodido el tema de la política en los jóvenes, porque no les gusta. Hay que sacarles el miedo a la política. Acerquémonos a la política para cambiar las cosas que no nos gustan a través de esa herramienta.

H: Sabes que me parece que tendríamos que armar en Plaza de Mayo tres o cuatro escenarios, uno de rock, otro de folklore y uno de tango, durante doce horas por la Ley de la Música. ¿Qué pensás?
C: Me parece bárbaro. Vamos a hacerlo.


LEY NACIONAL DE LA MÚSICA

¿Cuáles son los principales puntos?
1. La creación del Instituto Nacional de la Música, como principal órgano de fomento.
2. El otorgamiento de herramientas que solucionen una parte del proceso productivo de un proyecto musical (vales para fabricar discos, para grabar, para parterizar, para imprimir gráfica, para difusión, para diseño y mantenimiento de soportes digitales, etc).
3. La participación, en las distintas regiones culturales, de las organizaciones de músicos independientes en la distribución de parte de los beneficios otorgados.
4. La creación de un circuito estable de música en vivo en cada región cultural.
5. La posibilidad de mejorar la difusión de música nacional en los medios de comunicación.
6. La creación de un circuito cultural social para acercar el arte musical a sectores de escaso o nulo acceso a esta manifestación del arte.

Estamos cerca de generar un derecho, ¿cuál?: el derecho al ejercicio de la libertad artística. Y los derechos no se recitan, se conquistan.

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