La banda de Temperley, ahora con el guitarrista Gabriel Guerrisi, ex Los Brujos, como integrante fijo, cumple 20 años y todo es festejo y buen augurio. Con “Fuera del tiempo”, su más reciente disco, y los hermanos Aldana en su mejor forma compositiva, el grupo parece haber llegado a un pedestal de madurez y estabilidad. Aquí, Cristian, cantante y alma matter de la agrupación junto con María Fernanda, cuenta, carismático, cómo fue armar uno de sus trabajos más frescos y directos de los últimos años, cómo se preparan para el show del 14 de junio en Obras, y cuáles son los pequeños momentos de la vida que lo sacan del tiempo.
La nota está pautada por la tarde en las oficinas de Pop Art, lugar de reunión habitual para músicos y Prensa. El Otro Yo, banda reina de los grupos independientes, ahora, además, se asoció con la casa que aloja a Los Tipitos y Karamelo Santo, entre otros.
Aún así, Cristian Aldana no se aburguesa. Atiende el teléfono, arregla entrevistas y está en todos los detalles que tienen que ver con su agrupación. Vestido con un jean que incluye tachas hechas con piedritas; una foto de Penélope Cruz con una virulana que tapa su boca; un agregado de cuero marrón, y otros apliques extraños, el cantante de EOY enfrenta el grabador de Gente Online con la tranquilidad de la que goza un hombre satisfecho.
–Tengo que preguntarte por los jeans que tenés puesto.
–Jaja, me lo regaló Bony Bullrich, un artista con el que estamos haciendo las Fiestas perversas, unas performances donde paso música de los ochentas hacia acá, rock independiente, de todo el mundo. Se lo vi y me encantó y enseguida me los regaló. Los voy a usar para tocar de ahora en más.
–¿Cómo son esas fiestas?
–Es como cuando invitás a alguien a tu cuarto y le ponés canciones que te gustan. Pasamos Todos tus muertos, Mano negra, B-52´s, Los Ramones, The Clash, Muse, Black Rebel Rebel Motorcycle Club y Jane´s addiction. Lo hacemos en el taller de Bony, que está decorado con obras que hace con cosas de la basura y piedritas, todos los jueves en el teatro La Piedad, en Bartolomé Mitre 1571.
–Hablando de música internacional, en “Fuera del tiempo”, su más reciente disco, trabajaron con el productor norteamericano Billy Anderson. ¿Qué le aportó a la banda?
–Lo llevamos a un ensayo en Temperly y le gustó mucho el material. Nos sorprendió su forma de trabajar, muy profesional. Tomamos la decisión de grabarlo en Panda porque nos parecía que necesitábamos un estudio de alto nivel. Billy trabaja de una manera bien primitiva. Es más punk. Quiere todo en primera toma, le gusta lo fresco y nos obligó a sacar lo mejor de nosotros. Fue muy exigente y nos puso frente al espejo, sin maquillajes.
–¿Qué imagen les devolvió ese “ponerse frente al espejo”?
–Una que me encantó. Estoy muy agradecido por vivir la experiencia de haber trabajado con un productor internacional. Era como entregar nuestra música a alguien que lo ve desde afuera y que nos devuelve su modo de ver las cosas. Estoy muy contento con el resultado y tengo muchas ganas de presentar “Fuera del tiempo” porque tiene canciones de todo tipo. Define todo lo ecléctico que tiene El Otro Yo, y es divertido tocarlo en vivo.
–Si te encontraras con un fan de la primera hora en la calle y te preguntara, ¿cómo suena el disco de El Otro Yo? ¿Qué le decís?
–Le diría: “Está todo bien. El Otro Yo fue mutando y redireccionándose hacia un lugar que tiene que ver con nosotros. Con el grupo que salió de Temperley, que utiliza la música como una descarga y un exorcismo. Es una banda de 20 años de carrera, con muchos discos y con cosas para decir, que es lo importante”.
–¿Hay una contradicción entre lo adulto y responsable que genera la autogestión de todos los asuntos de la banda, con la desprejuiciada y juvenil actitud en su música y sus letras?
–Lo atribuyo a que no nos aburguesamos desde lo artístico y vivimos como una experiencia feliz el hecho de hacer música y gozar de la libertad que tenemos para definir nuestra carrera. El grupo cuando toca le abre la puerta a todos, con el lenguaje universal de la música. A quien le gusta El Otro Yo es bienvenido, contagiándose de energía de otras personas y la excitación que yo aún no pierdo cuando voy a un show de una banda que me gusta. Hay que estar agradecido de esos momentos. No hay nada más gratificante para mí.
–¿De qué habla Fuera del tiempo?
–Es un álbum mucho más artístico que el anterior. Si bien se refiere al fin del mundo, lo enfoca desde un lugar más de ensueño. Espejismos, el CD anterior, era más contestatario. Acá el abanico es más amplio por canciones como “Tiki Tiki Nowa” que habla de un perro, o “Volcán” que es acerca de la decadencia de la televisión y de esos personajes que tienen que involucrarse con alguien famoso para que les hagan una nota. Incluso hay canciones de amor, que hace rato que no hacía.
–¿Qué connotación tiene el título?
–Por un lado se refiere al Día Fuera del Tiempo, que es el 25 de julio. La idea la trajo María. Pero luego, hablando entre todos concluimos en que es como cuando experimentás cosas en tu vida que te ponen fuera del tiempo. En mi caso, cuando agarro una guitarra y compongo, es como que estoy pariendo una canción y de repente suena el teléfono y decís “¡no!” Porque estabas en un estado colgado de todo en que no pasa el tiempo. Como cuando hacés el amor y te dan ganas de gritar “que explote el mundo”, o cuando comés algo muy rico y sos feliz. Es el disfrutar cada momento.
Ver el siguiente link para completar la idea de El Otro Yo con respecto a Fuera del tiempo. Entrevista a María Fernanda Aldana.
–Ahora parten en una gira por el sur, que termina con un show de presentación en el 14 de junio en Obras. ¿Qué pensaron para ese día?
–Es muy importante porque estamos en pleno festejo de los 20 años de la banda y hoy por hoy es la excusa para todo. Llegamos en un buen momento porque tenemos un disco muy interesante para presentar en vivo y logramos un buen sonido. La experiencia la vamos a aprovechar al máximo, incluso desde las luces. El show apunta a que las personas vean un grupo de 20 años sobre el escenario. También tendremos de invitados a Charlie 3, Shayla y El mató a un policía motorizado.
–¿Qué les costó el camino independiente a lo largo de los años?
–No sé si dejamos cosas en el camino. Lo que nos fue pasando nos sirvió para crecer y madurar una idea. Somos músicos que defendimos nuestra libertad artística al máximo desde el principio y nos hemos adaptado a las realidades de cómo se hace música hoy en día. Lo interesante es poder adaptarse y continuar siendo lo que sos, pero entrar en el circuito de las radios y que pasen tu música, porque si no, terminás teniendo un techo. Y ese techo hay que destruirlo. Pudimos hacerlo y estamos en buen lugar donde tenemos muchas ganas de seguir trabajando y continuar haciendo discos.